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Liliya Vezhevatova, disidente rusa: «Las mujeres son el rostro de la protesta en Rusia

Meridiano 13: ¿Qué es la resistencia feminista contra la guerra?

Liliya Vezhevatova: Resistencia Feminista Contra la Guerra  es un movimiento horizontal que surgió tras la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania. Reúne a feministas rusas, tanto organizaciones independientes como activistas. Nuestro Manifiesto

fue publicado el 25 de febrero de 2022.

¿Cómo se organiza el movimiento?

Somos un movimiento horizontal, sin jerarquías. Para tomar decisiones importantes hay videollamadas entre las coordinadoras y un bot anónimo en Telegram. Resistencia Feminista Contra la Guerra es una red, con grupos autónomos en distintas ciudades. Para abrir un grupo, basta con compartir las ideas de nuestro Manifiesto. Según nuestros datos, más de 45 grupos feministas están activos en toda Rusia, desde Kaliningrado hasta Vladivostok, y nuestras activistas trabajan en 28 países.

¿Son el movimiento y/o los activistas objeto de represión por parte de las autoridades? 

Sí, como todos los demás movimientos de protesta en la Rusia actual, nuestro movimiento es objeto de persecución y represión. En diciembre de 2022, el movimiento recibió el estatus de «agente extranjero». Así es como el gobierno intenta impedir que funcione.

Nuestros activistas y coordinadores son regularmente detenidos, multados y encarcelados. Se registran domicilios y se incautan ordenadores. A los activistas que corren más peligro, intentamos sacarlos de Rusia.

Resistencia Feminista Contra la Guerra
El logo de Resistencia Feminista Contra la Guerra.

Tras el anuncio de la movilización, las protestas de las madres y esposas de los movilizados se sucedieron por toda Rusia, y se creó el Consejo de Esposas y Madres. ¿Qué papel desempeñaron las mujeres en el movimiento de resistencia en este primer año del conflicto?

Miles de activistas protestaron contra la guerra y la dictadura. Las mujeres difunden panfletos clandestinos, organizan piquetes y manifestaciones pacíficas. Incluso antes de la invasión de Ucrania, las activistas tomaban regularmente las plazas de sus ciudades para manifestarse contra la corrupción, la violencia doméstica, el bloqueo de los medios de comunicación independientes y para defender a los presos políticos. Todo ello a pesar de ser objeto de represión policial, indignación pública y caza de brujas en Internet.

Después del 24 de febrero de 2022, las mujeres no sólo se han convertido en el rostro de las protestas contra la guerra, sino también en la principal fuerza impulsora que aborda otras cuestiones relacionadas con la guerra. Las mujeres están ayudando a los ucranianos a los que Rusia ha dejado sin hogar; están ayudando a los hombres que no quieren matar ni morir; están ayudando a los abogados a los que las autoridades llaman «enemigos». Después del 24 de febrero, para muchas mujeres rusas, todo esto se volvió más importante que sus carreras y sus vidas privadas.

En su discurso ante la Asamblea Federal el 23 de febrero de 2023, Putin

;volvió a subrayar que la familia es la unión entre un hombre y una mujer y que no hay lugar para el «satanismo occidental» en una sociedad rusa basada en los valores ortodoxos tradicionales. 

En esta guerra, no es sólo la movilización lo que amenaza los derechos, la seguridad personal y el bienestar económico de las mujeres rusas, sino también la amplificación de la retórica tradicionalista que acompaña a la guerra. Las grandes sumas de dinero que se gastan en operaciones bélicas podrían invertirse en el bienestar de las mujeres y los niños. Al parecer, al gobierno le importa menos la familia que el crecimiento del ejército.

Se llevan a los hombres incluso cuando tienen hijos menores a su cargo. En muchas regiones, las familias han tenido que equipar ellas mismas a los hombres movilizados, comprando todo a sus expensas, incluidos los chalecos antibalas. ¿Quién se ocupará de las familias que han perdido su única fuente de sustento? Todo este sufrimiento recae sobre los hombros de las mujeres. Muchos de los hombres supervivientes están enfermos y no pueden trabajar, y son siempre las mujeres las que, debido a la falta de apoyo estatal, tienen que cuidar de ellos. 

Además, los problemas económicos y la crisis social conducirán inevitablemente a un aumento de la violencia doméstica. Los hombres que regresan a la vida civil arrastran traumas psicológicos relacionados con la guerra, que a menudo se traducen en agresiones.

El 5 de diciembre de 2022, Putin firmó una nueva ley que prohíbe la propaganda LGBT+. ¿Ha acelerado la guerra la desigualdad de género?

El gobierno equipara su lucha contra la comunidad LGBT con la defensa de la soberanía de Rusia. Incluso antes de la promulgación de la ley, hubo debates en el parlamento sobre la prohibición de la «propaganda gay» en los que se habló de la «ética sodomítica del hombre nuevo». Los parlamentarios describen este «pecado» no como un asunto privado, sino como un asunto de Estado. «De la ética del país en guerra depende nuestra futura victoria común», dijo en aquella ocasión un representante de la Iglesia ortodoxa rusa. Quienes no ocultan su «orientación sexual no tradicional» son perseguidos del mismo modo que los activistas y los políticos de la oposición. Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, muchos han abandonado Rusia, pero la mayoría no tiene esta posibilidad.

¿Qué significa hoy ser representante de la comunidad LGBT+ en Rusia durante la guerra? 

La ley no contiene una definición precisa de «propaganda gay». Esto aumenta la probabilidad de persecución para un amplio segmento de la población. La retórica militarista ya estaba en juego durante el debate del proyecto de ley: La propaganda LGBT se definió como el núcleo de la guerra -híbrida y espiritual- que el «Occidente colectivo» ha declarado a Rusia. Los fracasos sobre el terreno en Ucrania están vinculados a la degradación moral; derrotar a la «sodomía» también significa la victoria en la guerra.

¿Qué tipo de acciones de protesta ha organizado?

En más de un año de existencia, las activistas de Resistencia Feminista han organizado decenas de acciones: desde marchas de mujeres al comienzo de la guerra, hasta acciones partidistas cuando se hizo imposible manifestarse contra la guerra. Una de las principales tareas es superar el bloqueo informativo en el que se encuentran las rusas a causa de la censura de la guerra. En toda Rusia los grupos actúan según sus propios protocolos de seguridad y de forma anónima: reparten folletos sobre cómo evitar la movilización, distribuyen «Ženskaja Pravda» («La verdad de las mujeres»), el periódico del movimiento, y organizan actos de resistencia.

Además, en Rusia, hemos creado grupos para despertar una conciencia antibelicista. El objetivo es unir a las personas con ideas antibelicistas que no pueden expresar libremente su posición. Se ha creado un plan de apoyo psicológico que ha recibido más de 1.000 peticiones de ayuda.

Por separado, se trabaja en internet. Creamos contenidos virales: por ejemplo, tarjetas de felicitación con frases contra la guerra que difundimos en las redes sociales. En las redes sociales y a través de bots de Telegram difundimos instrucciones importantes sobre cómo evitar la movilización, y proporcionamos contactos de abogados.

La Resistencia Feminista Contra la Guerra se ha unido a Alexei Navalny en su plataforma online.

Las oficinas de Navalny están utilizando con éxito una plataforma más segura en TOR para conectar a los coordinadores con los voluntarios en Rusia. Invitaron a otros movimientos de la oposición a abrir sus propios grupos en su plataforma y fuimos los primeros en aceptar. Ahora nuestros activistas en Rusia también pueden mantenerse en contacto y coordinar su trabajo a través de la plataforma.  

¿Cómo valora el movimiento en este primer año de existencia y qué perspectivas ve para el futuro?

En este año, nuestro movimiento se ha establecido como una nueva fuerza política en Rusia. Ha realizado un enorme trabajo. La resistencia se ha convertido en el principal objetivo de la vida de muchos de nosotros. Mientras los misiles rusos sobrevuelen las ciudades ucranianas, mientras mujeres, hombres, niños y ancianos mueran en Ucrania a manos de los soldados rusos, no podemos parar.

Artículo original en Meridiano 13
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